La práctica es tranquila, equilibrante, cuidadosa y relajante. Comienza con un breve calentamiento de las zonas donde a menudo acumulamos tensión por nuestras actividades diarias: hombros, cabeza, espalda y piernas. Continúa con una técnica de respiración corta y fácil de realizar, que estimula el sistema nervioso parasimpático y regula nuestra respuesta emocional ante los desafíos de la vida. Termina con una relajación guiada para relajar el cuerpo en una postura acostada y una relajación independiente en posición acostada u otra posición adecuada, acompañada de los sonidos de los cuencos tibetanos cantantes, campanas de vaca, estilo de tambor, rain stick, tambor de percusión con sonido marino, kalimba y otros instrumentos musicales. Esta práctica es adecuada para quienes desean liberar la tensión mental y física acumulada en un ambiente suave y cuidadoso, así como para quienes buscan progresar en su práctica de yoga al adentrarse en estados de conciencia meditativos más finos. Si tiene preguntas sobre si es adecuada para su estado de salud u otra condición, consulte al instructor con antelación.